La plantilla sufre la falta de personal, el aumento de la carga de trabajo, la pérdida de derechos, y todo ello, con la sensación de que lo peor aun está por venir. Ningún oficio queda libre de los nefastos efectos del proceso privatizador, sin embargo, en este comunicado queremos centrarnos en la plantilla que trabaja en Atención al Cliente, pues son estas/os compañeras/os quienes interactúan diariamente con las personas que utilizan Correos, la cara más visible de un servicio que pierde calidad a marchas forzadas, que resulta caro (más aun teniendo en cuenta la maltrecha situación que la crisis ha provocado en la mayoría trabajadora), y que, debido a la aplicación del Plan Estratégico "100-300-1500 días" orienta el servicio de Correos hacia las empresas y no hacia la gente.
Las oficinas padecen todo tipo de males: aumento descarado del personal eventual (creciendo además precariedad con la contratación de media jornada), la falta de personal endémica que provoca grandes filas de espera que estresan a trabajadoras/es y clienta/es, el mal funcionamiento de los servidores internos y los equipos que dan una imagen indiscutible de falta de eficacia y calidad, la escasez de material postal para la venta así como un creciente aumento de los precios de productos y servicios que no se corresponde -en muchas ocasiones- con la calidad del servicio. Las quejas se acumulan y el personal de ventanilla soporta una fortísima presión por parte de los jefes y de las/os usuarias/os por el empeoramiento palpable del servicio del que no tienen responsabilidad alguna, cuyos únicos culpables se encuentran amasando fortunas en los despachos de los centros directivos.
El exponencial aumento de la paquetería ha sobrecargado el trabajo en las oficinas y, sin embargo, el personal no deja de reducirse. Para colmo, los turnos son cada vez menos fijos y en numerosas oficinas se comienza a rotar entre mañana y tarde según deciden los jefes (por no hablar de quienes son contratadas/os por media jornada que son obligadas/os a acudir al trabajo a cualquier hora sin poder organizar su vida). Correos no se molesta en formar a la plantilla y, por regla general, se aprende por "ensayo-error". Si tenemos en cuenta que además de todos los servicios postales que se prestan se están introduciendo innumerables productos para la venta (loterías, merchandising Unicef, tarjetas prepago, terminales móviles, etc), la baja preparación afecta, por un lado, a la degradación del servicio y por otro, al aumento de errores que se traducen, con frecuencia, en operaciones mal realizadas que en el caso de descuadrar la caja han de ser "solventadas" con dinero del bolsillo de las/os trabajadoras/es. ¿No les basta con la congelación salarial que padecemos desde haca una década o con contratos de 500 euros?
En CGT somos conscientes de lo difícil que es soportar el ritmo de trabajo en las oficinas y el desgaste que supone estar expuestas/os ante la sociedad mientras que los directivos aumentan sus sueldos cada año. El camino de la privatización y los recortes está castigando a todas y todos, pero estamos convencidos de que junt@s podemos hacer cambiar las tornas, sin divisiones según el puesto trabajo y peleando por nuestras condiciones laborales y un verdadero servicio público y de calidad. Denunciaremos todos los abusos y lucharemos por los derechos de la plantilla, pero sin participación y organización en los centros de trabajo -y de cuantos más trabajadoras/es mejor- no podremos ganar el pulso a los planes de una dirección empresarial que sólo pretende engordar sus ya enormes ganancias a costa de nuestro esfuerzo.
¡ESTA PLANTILLA ES LO MEJOR QUE TIENE CORREOS! ¡LA LACRA ES LA DIRECTIVA! ¡CORREOS NO SE VENDE, CORREOS SE DEFIENDE!